The Midnight Gospel (Netflix)
"Just be here now."
The Midnight Gospel
¡Bienvenidos todos!
De verdad que gran alegría poder compartir con ustedes este momento.
Es fascinante para mí, el pensar que este instante en que escribo estas líneas ya está conectado con este otro instante en que me están leyendo.
Wow, por eso el tema del día de hoy: “Somos parte del todo”.
No puedo continuar sin darle las gracias a mis brothers [Loco Lorda y Javis Aguilar] por recomendarme la serie The Midnight Gospel, que a además de estar fumadísima, tiene unos contenidos que a todos los que andamos vibrando en la misma frecuencia nos dibujan una enorme sonrisa en la cara y en el corazón.
Hoy, voy a espoilear el último capitulo de la primera temporada. Dicho sea de paso, la serie está basada en el popular podcast de Duncan Trussell, que también les recomiendo.
Solo voy a rescatar los conceptos claves, muchos de ellos ya los hemos platicado anteriormente, pero me gustó mucho que explica claramente el ciclo de la vida y nos da una receta para lograr presencia de conciencia plena, con una técnica meditativa super fácil y poderosa .
¿Los primeros años de nuestra vida, definen un patrón que se mantiene durante toda la vida?
Si, los primeros 5 años de nuestra vida [algunos autores lo extienden hasta los 7], moldean la estructura de la personalidad de una manera que cualquier trabajo espiritual que hagamos después, involucrará recurrir a los patrones establecidos en nuestra familia de origen.
Es inevitable, cuando somos niños empezamos a recibir refuerzos positivos que incorporamos en nuestra vida como “lo que debería de ser”.
Por ejemplo: supongamos que eres el primogénito y a los dos años tienes un hermanito. Las personas que te rodean piensan que eres un hermano mayor genial porque le llevas a tu mamá el pañal para el nuevo bebe, te aplauden y te reconocen. En ese momento tiendes a hacerte responsable, tal vez más responsable de lo que ibas a ser en tu vida si no hubieras recibido ese refuerzo positivo. Tal vez ahora te vuelvas super responsable en tu vida o compulsivamente responsable.
Y allí empieza la trampa del ego, comenzamos a crecer sin examinar lo que es real y nos vamos perdiendo en el camino de la realidad.
La espiritualidad ayuda a distinguir lo que es real de lo que no.
Muchas personas experimentan llegar a un punto en su vida en que se sienten como que todo salió mal. Pobreza, deudas, malas relaciones, caos en general.
Es como si fueran por un rio en una canoa y de pronto se atorasen en una orilla y terminaran estancados, llenos de mosquitos y sin poder salir ni entender como terminaron en esa situación. El timón se daño y terminan culpándose y odiándose. Entonces intentan fingir que deberían de estar en esa orilla de rio y que los piquetes de mosquitos son algo hermoso. ¿Cómo puedes sacar a alguien de esa orilla?
Lo más fácil para esa persona es hacerse presente. Y eso significa dejar el pasado y el futuro a un lado y examinar su propio cuerpo.
Si aprendemos a percibir y sentirnos desde adentro, nuestro estado de conciencia cambia.
¿Puedes sentir el interior de tu mano ahora mismo? ¿Dentro de tu piel?
Empieza con el dedo índice, se siente algo caliente, como energía, sigue con toda tu mano, tómate tu tiempo, si nunca lo has hecho puede ser poquito difícil al principio. Ahora concéntrate en tu brazo, intenta sentir todo tu brazo por dentro, intenta sentir los dos brazos al mismo tiempo, piernas y brazo al mismo tiempo, eso es presencia.
Y cuando lo haces, no estas en tu mente. La presencia te saca de tu mente.
Ahora hay que añadir dos facetas más mientras sientes tus brazos y piernas simultáneamente: ver y escuchar.
Lo que sea que veas, no lo busques. Solo recibe lo que veas y escucha. Te llevará a una dimensión diferente de conciencia.
Totalmente diferente, totalmente distinta. Es una receta para meditar genial que te permitirte encontrar tu presencia sin un maestro y sin gastar dinero.
Cuando estas en ese estado de presencia, aunque sea por un minuto, comienzas a sentir el flujo de energía, sientes como hay un rio.
¿Qué es el río? Es la realidad, con su dinamismo, fluyendo.
Si observas el mundo, notaras que esta cambiando constantemente y transformándose todo el tiempo.
Lo mismo pasa en nuestro interior. Puedes sentir ese flujo. Pero solo en estado de presencia. Si estás pensando racionalmente, es tu mente común la que actúa y no lo lograrás.
Estar en esa presencia, fuera del espacio y el tiempo, es más real que cualquier construcción mental. Es tu identidad real.
Lo otro, el ego, no es real. Son las cosas que aprendiste a lo largo de tu vida; por la familia en la que naciste, las experiencias que viviste y las circunstancias en las que has estado.
Pero el ego teme morir.
La posibilidad de que haya algún tipo de fuerza que nos llevará cuando sea el momento es algo que no podemos controlar.
Y es mejor aceptarlo, es más fácil seguir el flujo del río, que luchar contra él. Es una posibilidad concreta, todos vamos a morir.
Dicen que la meditación es una práctica espiritual que nos prepara para la muerte.
Si observas el mundo, lo que ves son cosas que aparecen y desaparecen y los seres humanos somos parte de todo eso. También los humanos aparecemos y desaparecemos de la faz de la tierra. Es inevitable. Nuestros egos lo personalizan y hacen que creamos ser un caso especial, pero no lo somos, somos parte del todo, cuyas partes están en constante transformación. Cambiando de forma y transmutando.
El encuentro con la verdad de que vamos a morir, es el conflicto de toda la vida. No es un sensación deseable, pero es una sensación que todo ser humano experimentará de una forma un otra.
Pero muchos de nosotros malgastamos una infinidad de tiempo en actividades ridículas, para tratar de evitar esta experiencia.
La gente evita enfrentarse a la idea de que va a morir y que los seres queridos van a morir, porque esa idea nos rompe el corazón , lo desgarra, nuestros corazones están cerrados porque nosotros los cerramos, nos defendemos del dolor.
Esta verdad nos abre el corazón, pero duele. ¿Abrir tu corazón siempre duele? No, no siempre duele, pero cuando duele, incluso el dolor transforma, porque si ahondas en tu dolor verás que lo que experimentas es amor.
¿Qué consejo le darías a la gente que esta pasando por esto?
Les diría que lloren cuando necesiten llorar y que le den la cara a la muerte, encárenla, aunque tengan miedo de encararla, háganlo, no les hará daño. Y vean que tiene para enseñarles, es una maestra extraordinaria.
Lo que he descubierto es que cuando más me acerco a la muerte física, más viva me siento y más presente me siento y más real y me doy cuenta de que no tengo idea que hay del otro lado de la muerte física, pero hay tanta vida acumulándose en mi interior que no puedo evitar pensar que existe una conexión entre eso y el movimiento hacia la muerte física. Si creo que sufrimos más si nos resistimos que si fluimos en el rio, porque siempre está fluyendo, si tratamos de estar en la orilla y evitar el flujo es cuando empezamos a sufrir más y más. Hay que dejarse llevar.
Y lo increíble de dejarnos llevar por la corriente es que esta cosa llamada amor es un apoyo que nos sostiene, tiene una naturaleza de benevolencia que quizá nunca hemos notado. La realidad tiene una naturaleza de benevolencia.
Esta experiencia de la energía del amor es tan poderosa que para combatirla creamos una vida entera, un ego entero para no sentirla, tu corazón se abre y tu ego muere, pero la muerte del ego es una transfiguración.
Y el amor no se va a ir a ningún lado, esa es otra cosa que descubres, que aunque deje este plano de la existencia más pronto que tarde, el amor seguirá ahí.
Solo vive aquí y ahora.
Muchas gracias de nuevo por coincidir conmigo en este espacio. Al final, la invitación es darnos cuenta de que el amor y la alegría de vivir son parte de este fluir en el que estamos.
Escríbanme ¿Qué opinan al respecto?
Y recuerden: “happylife es… todo pasa, hasta la ciruela pasa” (fluir, para los que les falta barrio).